Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
"Señor, ensénanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos".
El les dijo: "Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano,
y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe,
y no nos dejes caer en tentación".